La empresa moderna… ¡hoy!

¿Qué tienen en común las organizaciones que se adaptan con éxito a las tendencias de transformación? Si bien las condiciones contextuales varían y cada una enfrenta desafíos únicos, todas comparten pilares claves. Valore usted si su empresa está alineada con ellos.

Propósito superior. Más allá de sus productos y servicios, todos sus miembros comparten y acogen una clara e inspiradora razón de ser: una con sentido de contribución a la comunidad. Los clientes prefieren a las empresas con las que comparten un propósito.

Equipo de liderazgo. La alta gerencia trabaja unida para establecer e impulsar una cultura coherente, orientada a las personas y con metas desafiantes. Existe un común acuerdo sobre las prioridades, el enfoque de liderazgo y las relaciones colaborativas entre áreas.

Inteligencia artificial (IA). Su uso optimiza los procesos y decisiones estratégicas con datos complejos y predictivos. Facilita la interacción con los clientes y la innovación; potencializa la gestión humana y financiera. También, interviene en la educación ejecutiva autónoma, en la publicidad y el mercadeo de alto impacto. ¡¿Quién querría eximirse de sus beneficios?!

Experiencia de cliente (CX). Se deja atrás el tradicional servicio al cliente para cocrear interacciones memorables y repetibles; entre la empresa y el cliente germina un sentido de socios. Ser colaborador es ser embajador de la empresa en toda la cadena de valor. La simplificación de los procesos nace en su compromiso de ser una experiencia ¡wow!

Empoderamiento. La confianza en los dirigidos y la mentalidad de «coaches» de los jefes posibilita la creciente proactividad y la toma de decisiones de personas anhelantes de crecer integralmente. Mientras la empresa «se cura» de una sobredosis de burocracia, el cliente cosecha los frutos de ser atendido por un personal empoderado, ágil y competente.

Cultura de bienestar. El trato respetuoso y empático, la inclusión y el genuino interés por la realización de las personas elevan el sentido de pertenencia y la comodidad psicológica. Los modelos laborales híbridos, con políticas flexibles, promueven la calidad de vida. Hoy, la responsabilidad social empieza en casa, cuidando a los embajadores y a sus familias.

Procesos humanos. Los resultados siempre serán relevantes, pero ahora se comprende más que el camino conducente hacia ellos radica en la gestión moderna de equipos. En dirigir con preguntas más que con órdenes. La persona, su dignidad, pasa a un primer plano en el orden de prioridades. Así, un buen «cómo» desemboca en un «cuánto» sostenible.

Valores. La complejidad y la ambigüedad son inherentes al crecimiento de las empresas. La coherencia de la cultura se nutre de modelos con conductas de liderazgo, alineados con los valores, con una gestión ética y con un modo de servir que haga humilde al que sirve.

La lista sigue, pero si su empresa se apoya en estos pilares, su rumbo es sólido y correcto.

 

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