Sócrates atribuía a los jueces cualidades que hoy se esperan de jefes y colegas justos: «escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente». La creación de ambientes laborales con seguridad psicológica podría cimentarse en el cumplimiento de un «decálogo» con normas (N), que también le sirven a usted para evaluarse o evaluar a otros…
N1: Datos y hechos. Las decisiones sobre promociones, bonificaciones y otros incentivos son objetivas, con procedimientos transparentes. Las opiniones se emiten con responsabilidad, con fundamentos sólidos: ni se basan en suposiciones, ni en rumores, ni en intereses subterráneos.
N2: Escucha activa. Las personas saben que, antes de ser juzgadas o amonestadas, podrán defenderse, explicar y aclarar las situaciones. Confían en que laboran junto a un jefe justo, ecuánime, que no las sorprenderá con secuestros emocionales ni con decisiones avasalladoras.
N3: Proporcionalidad. ¿Quién está exento de cometer errores? ¡Nadie! No obstante, cuando una persona recibe una sanción razonable, equilibrada y proporcional a su falla, hasta procura rectificarla con adecuada actitud, porque percibe que es protagonista de un proceso imparcial.
N4: Advertencia. El justo reacciona de inmediato si identifica acciones y conductas incorrectas; dialoga con el colaborador, lo ayuda a entender la afectación a la empresa. Salvo en caso de faltas graves, pacta correcciones y supervisa su cumplimiento. Hay jefes que, empeñados en dañar a alguien, esperan silenciosos a que acumule faltas para justificar su ansiada y drástica decisión.
N5: Exigencia con criterio. «Mi gerente es muy exigente, pero siempre verifica que tengamos la capacidad, el tiempo, la experiencia y los recursos para cumplir la tarea», refieren los que tienen un jefe sensato. Es injusto requerir resultados elevados sin considerar que sean realmente viables.
N6: Transparencia e integridad. Los prejuicios, estereotipos, sesgos, resentimientos, conflictos, envidias e incluso las diferencias de criterio forman parte de la vida laboral. La madurez y la lealtad a los valores de la empresa previenen que esos y otros factores empañen las relaciones. Con argumentos objetivos, jefes y compañeros gestionan las decisiones y conversaciones incómodas.
N7: Congruencia (ser lo que se espera de otros). La gente tiende a hacer lo que ve que sus líderes hacen, no lo que estos les indican que hagan. El sentido de pertenencia aumenta cuando el comportamiento de todos los miembros es ejemplarizante, replicable, consistente y recíproco.
N8: Reconocimiento de errores. La persona que ofende públicamente a otra imparte una clase abierta de valentía, rectitud y dignidad si, al percatarse del error, rectifica ante el mismo auditorio.
N9 y N10: Justicia pronta y cumplida. ¡Vale doble! «Nada se parece tanto a la injusticia con la justicia tardía», sentencia Séneca. Incurrir en falencias en las normas descritas le puede suceder a cualquiera de nosotros. Lo grave es no reaccionar en el tiempo correcto, con humildad, coraje y sensibilidad humana ante los efectos, tanto de los errores como de no hacer lo justo sin demora.