«Durmiendo con el enemigo…»
Con esta típica expresión se describe a alguien que tiene doble agenda y exhibe intenciones maquilladas de cordialidad en la organización. Su efecto en el entorno es negativo: siembra desconfianza, tensión y una extenuante sensación de necesidad urgente de cautela. ¿Exagerado? ¡Veamos! Sin importar la posición que ocupe quien actúa así, su sola presencia no…
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