La vida es relación. Todos los miembros de una organización se sienten bien cuando son aceptados. Cuando, incluso si difieren de su criterio, pueden mostrarse vulnerables y expresar sus ideas y emociones sin temor a ser castigados o rechazados. Una buena dosis de confianza es esencial para la innovación y el alto desempeño. ¿Cómo reconocer estos equipos? ¿Es así el suyo?
La seguridad psicológica se refiere a la comodidad de trabajar con otros en un ambiente de mutuo respeto, donde no se disimulan el error ni la carencia. Es una cultura colaborativa óptima para ejecutar proyectos complejos, crecer estratégicamente y solucionar con creatividad, resiliencia y motivación los conflictos, los desafíos y las adversidades. Repasemos los pilares de estos equipos.
Pilar 1: Trato humano, empático y sensible. Los miembros son espontáneos al externar sus emociones, saben que cuentan con el respaldo y la comprensión de sus colegas. Invierten tiempo en dialogar sobre temas que van más allá de sus roles. La solidaridad es la actitud que los une.
Pilar 2: Aceptan la vulnerabilidad como natural. Declaran sus temores, desconocimiento e inseguridades, maquillarlos no es una opción. El clima laboral es exigente y relajado a la vez. Se comprometen con la tarea, por un lado y, por otro, fluyen con los inconvenientes, ¡resuelven!
Pilar 3: Conscientes del valor que agregan. El fin es sumar al bien colectivo. Reconocen que nadie es mejor que todos juntos. Sus miembros se rinden cuentas sin reparar en las jerarquías. Desean aprender y mejorar para añadir más valor al equipo, por eso saben pedir y dar retroalimentación.
Pilar 4: Conocerse es un propósito compartido. El vínculo nutre la confianza. Comparten sus historias personales, hacen bromas, se ríen de sus ideas estrafalarias. Suelen comer juntos, realizar actividades fuera del horario laboral, a las que a veces invitan a sus familias. Sus relaciones son espontáneas, cálidas, diáfanas. Su sello es retarse a alcanzar resultados superiores.
Pilar 5: Conversaciones equitativas. En las reuniones formales, todos, incluyendo los jefes, se distribuyen, casi por igual, el tiempo de uso de la palabra, así se practican la posibilidad y la «obligación» de aportar en igualdad de condiciones. Claro, no faltan las interrupciones ni la polémica creativa, pero estas no afectan el compromiso de potenciar el sentido de pertenencia.
Pilar 6: Influencia e inteligencia social. Los miembros son protagonistas, no observadores. Son conscientes de su responsabilidad en la creación de un ambiente constructivo y colaborativo. Todos impactan con su modo de ser. Son flexibles, tolerantes, exponen de frente cómo se sienten o los hacen sentir. Desarrollan, poco a poco, una cultura e identidad común que los enorgullece.
Desde la perspectiva de Amy Edmondson, profesora de gestión y liderazgo de Harvard, «El liderazgo que construye seguridad psicológica contiene humildad». Así, sentirse más una persona que un rol, ser sensibles a lo que sucede a otros, valorar el trabajo propio y ajeno, desempeñar la tarea gozando la experiencia y hasta agregándole humor traducen el sentido de pertenencia y la seguridad psicológica en ambientes más humanos y en resultados crecientes y sostenibles.