No, no es un nuevo ni excéntrico concepto. De lo que se trata es de algo más simple: de actuar con liderazgo ético y basados en la cooperación, en la vivencia real de los valores corporativos. «¡Pero no hay nada más complejo que jugar simple!», se dice en el fútbol. Veamos los rasgos de una cultura organizacional positiva. Anote (+) si se cumplen y (-) si no se cumplen en su empresa.
COOPERACIÓN. La actitud natural entre los miembros es preguntar cómo pueden ayudar, no median ni el egoísmo ni la competencia desleal ( ). Enriquecen las ideas de los demás, incluso cuando a veces no las compartan ( ). Ayudan espontáneamente, sin buscar reconocimiento ( ).
Entre compañeros, se vale solicitar apoyo: mostrarse vulnerable o aceptar las carencias propias es una fortaleza ( ). Toda persona se siente incluida, respetada y valorada. Importa el valor que agrega, no las preferencias, los sesgos ni los prejuicios ( ). Un «nosotros» desplaza al «yo» ( ).
En una cultura colaborativa, la información fluye con calidad y en el momento preciso ( ). Las intenciones transparentes explican la facilidad con que se interconectan los departamentos, no se levantan fronteras, se tienden puentes ( ). Como es de suponer, los conflictos también están invitados a la mesa, pero ningún «resfrío se convierte en pulmonía»: resuelven, no revuelven ( ).
VIVENCIA DE VALORES. Los principios de la organización son compartidos por sus miembros y rigen las conductas visibles ( ). Las interacciones cotidianas, incluyendo las conversaciones difíciles, son conducidas de acuerdo con sus valores: estos sirven como «campo de juego» ( ). El clima laboral «huele» a estas convicciones y todos velan activamente por su cabal cumplimiento ( ).
La empresa es reconocida por atraer y retener el mejor talento, por tejer una cultura fecunda en oportunidades, desafíos constructivos y crecimiento integral individual ( ). Las conductas deben estar alineadas con los valores y son evaluadas colectivamente, con consecuencias reales ( ).
LIDERAZGO ÉTICO. Quienes dirigen equipos lo hacen orientados por una absoluta transparencia, nadie duda de sus intenciones ( ). En situaciones difíciles, su credibilidad moral los escuda y sus decisiones son aceptadas ( ). Si se equivocan, lo aceptan sin demora y rectifican con honor ( ).
Estos líderes procuran superar sus metas sin arriesgar principios fundamentales, como el respeto y el debido y justo proceso ( ). En el día a día, son mentores, consejeros: más compañeros que jefes ( ). Son exigentes con los demás, pero antes consigo mismos ( ). No se esconden tras un organigrama cuando la verdad se encuentra en entredicho, por ética, no admiten dobleces ( ).
La «COP» no está exenta de adversidad, esta forma parte del camino. La diferencia estriba en que, en una cultura así, tejida con los hilos de la veracidad, se concretan dos conocidas premisas: «Las tormentas pueden derribar árboles, pero nunca podrán arrancar las raíces fuertes» y «La vida es como andar en bicicleta, para mantener el equilibro hay que seguir pedaleando». Entonces, si su puntaje (+) es superior a 15, valore la cultura positiva de su empresa y continúe consolidándola.