Dirigir empresas o personas es todo un desafío. La gerencia de equipos hacia resultados extraordinarios, crecientes y sostenibles −además de autoridad formal− requiere del ejercicio del liderazgo y a esto, desde finales de los años ochenta, lo denomino «Gerencia con Liderazgo».
En esa época, diseñé un programa de desarrollo gerencial con las siguientes características: a) enfoque en la persona líder más que en la empresa; b) análisis de competencias concretas más que de conceptos teóricos; c) énfasis en la práctica y el impacto; d) renovación constante de temas. Así, junto con un equipo de alta formación académica, y compartiendo el mismo enfoque, lo dirigí personalmente durante tres décadas en una conocida escuela de negocios.
El seminario Gerencia con Liderazgo nace con el propósito de contribuirle a la persona que ejerce el papel de líder, al que, con actitud reflexiva, es capaz de aprender de sí mismo y de los demás. Con esos mismos docentes, ya sin vínculos con dicha escuela, continuamos realizando este curso para impulsar el liderazgo en tres niveles de impacto sucesivo. ¡Le invito a evaluarse en ellos!
Gerencia personal: Con sus actitudes (sean positivas o no), con sus características y preferencias, con sus valores y prioridades, los líderes influyen en sus semejantes. Por tanto, es vital mejorar la gestión de sus emociones, su efectividad comunicativa, así como la capacidad indagatoria y apreciativa de sus cualidades. La evaluación de la calidad de vida integral no solo le imprime sentido y dirección a la gerencia personal, también incide en las relaciones, convirtiéndola en un liderazgo consciente. Abarca la comprensión de uno mismo y diversos modos de influir en otros.
Gerencia del equipo: Avanzado en el primer nivel de liderazgo −gestión personal− es clave elevar el desempeño del equipo en dos pasos: primero, diagnosticando su situación real mediante métodos simples y confiables; segundo, trazando, por etapas, la ruta hacia el alto desempeño y fortaleciendo diez pilares que lo sustentan. El dominio conceptual, por sí solo, no transforma nada, pero la intervención directa de los gerentes en sus equipos, ¡sí! Por eso es importante saber gestionar cambios y desavenencias entre sus miembros, generar conversaciones efectivas de coaching, fomentar en ellos el pensamiento flexible e inducirlos a salir de sus zonas de confort.
Gerencia de la empresa: La cooperación entre áreas, la cultura de ejecución, el alineamiento de propósitos y objetivos estratégicos con los factores organizacionales, la orientación al empowerment y el «fortalecimiento de fortalezas» son competencias que, actualmente, deben ser consolidadas. Para ello, conviene desarrollar modelos de liderazgo que unifiquen la cultura, códigos de camerino que cohesionen equipos. Aunado a lo anterior, la participación de mujeres y hombres, la neurociencia del liderazgo, las generaciones (edades) y el aprovechamiento de la nueva tecnología son temas ineludibles en la formación de personas y organizaciones futuristas.
Ser un buen gerente no basta, las empresas necesitan gerentes líderes. El liderazgo reside en el poder personal que poseen los individuos conscientes, trascendentes y colaborativos; los cuales desatan la pasión de sus equipos a través de un aceptable dominio de los tópicos descritos. Entonces, sus colaboradores afirman que usted realiza su gerencia con… ¿liderazgo? ¿Por qué?