Luego de viajar entre unas treinta y cinco veces al año en el 2019, en el 2020 solo viajé cinco en enero. Estuve “en tierra” un año hasta que llegó el día de cruzar fronteras. Comparto vivencias…
Prueba PCR: Escuchar tantas versiones sobre la sensación en ese trámite nos hace sobredimensionar los hechos, incluso crear aprehensiones. En realidad, fue sencillo. Lección: Para superar pequeñas pruebas, es mejor enfocarse y fluir sin dramatismo.
Empacar: Durante un año no necesité muchas cosas para estar cómodo. Al empacar, apliqué lo mismo. Lección: Un “equipaje liviano” para llegar lejos ha de ser un modo de vida integral.
Pasaporte y check in. Lo busqué una hora. A veces lo que no usamos queda por allí y cuando lo necesitamos nos arriesgamos. Al inicio del check in, me sentía torpe. ¿Verdad que a veces hacemos lo mismo con amigos, hábitos y proyectos? Esos descuidos pueden salir caros…
Aeropuerto: Antes de llegar, a ratos rememoré la primera vez que viajé. Me sorprendió la eficiencia en todos los procesos; o sea, siempre se debe mejorar. Lección: La cultura de servicio entra a examen en momentos de crisis, cuando el cliente más lo necesita. ¡Se puede!
Los amigos policías. Los viajeros recurrentes creamos amistades; allí estaban de nuevo, tremendo saludo y mutua alegría al vernos. Les he mostrado mi carnet de policía voluntario a mis veinte años, ellos me han enseñado que el aprecio desinteresado en el trascendente.
Abordando. Antes ingresaba entre los primeros pasajeros por ir en “business class,” ahora se hace al revés con la misma categoría. Lección: ¿Qué tal si en las empresas los “de arriba” son más cooperadores y humildes, siendo “los últimos” sin reclamar privilegios innecesarios?
¡Adentro! Ingreso ordenado y estricto en bioseguridad, menos conversaciones y más concentración en las normas. Hay sensación de cuido mutuo. Ya no hay licores ni lujos. Los cambios de hábitos son posibles cuando la voluntad de llegar bien al destino es compartida.
Destino. Ya no hay tediosos formularios, revisiones meticulosas de maletas, ni interrogatorios repetitivos. Ahora, el agradecimiento por la visita nos recuerda el valor de la primera impresión.
Hotel. Protocolos meticulosos, cuidan la salud del cliente, invierten en ella, saben que cada uno es un divulgador de experiencias. Servicio con excelencia, calor humano, trato personalizado. Lección: Cada cliente es el más importante y todos desean y deben sentirse como en casa.
Trabajo y… contratiempo grave. Invertí muchos días preparando mi primera semana de labor presencial. Era el añorado regreso al aula. Terminamos el primer día, todos, energizados. PERO el gobierno comunicó la suspensión de toda actividad presencial. Esto es parte de la vida actual.
Son doce horas de retorno inmediato e inesperado. De todo lo anterior, queda una gran lección: Si no te adaptas, el futuro no te adopta… vamos de nuevo.