Mi empresa y yo: ¿orgullo mutuo?

Pese a la pandemia, hay empresas que han crecido y son rentables. ¿Qué tienen en común? Según la firma Ernst & Young, la innovación, la adaptabilidad y la resiliencia explican parte del éxito, especialmente en la industria tecnológica. Por su parte, el Foro Económico Mundial destaca tres factores claves: a) la combinación entre agilidad y estructura sólida; b) el vínculo digital entre clientes y colaboradores; c) la cooperación entre empresas. Veamos otras razones posibles…

Propósito en acción. Las crisis ponen a prueba la congruencia entre el discurso y la práctica. La empresa que se apega a su auténtica razón de ser demuestra a su personal que su aporte es crucial para el desarrollo de una comunidad, por tanto, que vale la pena maximizar el esfuerzo diario. Una organización que propicia el bien común se convierte en un imán para la solidaridad.

Proactividad laboral. Lejos de esperar todo de los jefes, los miembros de las empresas confiables y transparentes asumen el desafío, completan la tarea, cuidan los activos, protegen la relación con los clientes. Aprovechan las oportunidades para crear nuevas y productivas formas de hacer.

Comprensión. «Durante una reunión virtual, no te preocupés por los ruidos de fondo que generen tus niños. Estás haciendo lo mejor que podés al asumir tu parentalidad y tu empleo a tiempo completo. Ante todo, somos personas…». Con este empático mensaje, una empresa global les recuerda a sus miembros que juntos están salvando vidas. ¡¿Y cómo no ser recíprocos?!

Estabilidad. Flexibilidad de horarios, equilibro trabajo-familia, capacitación continua, justa asignación y distribución de salarios y beneficios, vínculo fluido entre jefes y colaboradores: estas son manifestaciones de respeto mutuo, principios esenciales para la continuación de la empresa.

Líderes creíbles. En tiempos de incertidumbre, la confianza básica en los jefes es un pilar. Cuando están presentes, dan ejemplo de adaptabilidad. Con atención integral y con diálogos francos, conquistan la voluntad de sus seguidores de dejarse guiar, incluso por caminos inexplorados…

Alto desempeño. La reinvención, la digitalización, el teletrabajo, la flexibilidad y el compromiso de los colaboradores posibilitan que algunas empresas superen sus indicadores de gestión. Las acciones que mejoran la calidad de vida laboral cultivan la mística: «¡Trabajar aquí vale la pena!».

Dignidad. Una corporación de clase mundial despidió al 22% de su personal, pero lo ayudó a reubicarse en otras empresas. Es decir, en la gestión de ese duro proceso, en la concreción de la ineludible y difícil decisión medió un trato humano, compasivo… ¡Solidaridad sin dobleces!

Ética. Hacer lo correcto en forma correcta. Es cumplir la promesa hecha a los clientes, sin valerse de publicidad engañosa. Es ubicar la responsabilidad comunitaria en un sitio de honor. Arropados por esta, los colaboradores se declaran «embajadores» de su empresa y hacen brillar su marca.

En conclusión, entre colaboradores y gerentes por igual, estos componentes labran una cultura de celebración, gratitud y orgullo. Juntos trabajan por algo más grande. ¿Es así su empresa?

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